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lunes, mayo 13, 2024
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Nos invitan a la independencia ideológica

Por: Claudia Posada

Parece que brota por fin, y espontáneamente, sin dueño pero con causa común, la hartera colectiva que necesitábamos para sacudirnos del malestar que nos causa todo aquel que usa las redes sociales para calificar con palabras de grueso calibre a quienes expresan un pensamiento diferente al suyo, justamente al que otros responden con la misma o peor agresividad y el lenguaje burdo, que remplaza los buenos argumentos. Estamos “jartos” de los que desprecian el pensamiento ajeno y se creen poseedores de la verdad;  también de aquellos que vomitan veneno diciendo que en su corazón no cabe el odio mientras se niegan a perdonar;  pero no se les puede culpar,  su “sabiduría” no es el resultado de cultivar la sensatez y menos es fruto del  análisis juicioso y  autónomo, es posible que estén mental y emocionalmente confinados en las paredes de la obediencia ciega. Qué distinto cuando las firmes convicciones son respetuosas frente a posiciones distintas, no hacen daño, no impulsan al mal, no hieren.

Un hombre sumamente interesante de origen latino, no es que diga precisamente que estamos “jartos” con la polarización que azota a Colombia, no, a pesar de su lenguaje sencillo escribe con la mayor finura y sus contenidos son impecables aunque sin filigrana rimbombante. En su más reciente publicación nos encontramos varios apartes que nos hicieron pensar que estaba hablando específicamente de nuestro país. Mientras se sigue la lectura de sus planteamientos se va descubriendo que no somos los únicos en el mundo los llamados a la cordura, y aunque esto no nos tranquiliza, por lo menos nos hace pensar en soluciones globales que algún día se den y nos incluyan.

No es “periodísticamente correcto” crear expectativas frente a un autor o fuente informativa, en cambio,  cuando se pretende simplemente opinar –no hacer noticia-  se permiten algunas licencias. Haciendo uso de éstas, miremos apartes que nos calan divinamente: “Un modo eficaz de licuar la conciencia histórica, el pensamiento crítico, la lucha por la justicia y los caminos de integración es vaciar de sentido o manipular las grandes palabras. ¿Qué significan hoy algunas expresiones como democracia, libertad, justicia, unidad? Han sido manoseadas y desfiguradas para utilizarlas como instrumento de dominación, como títulos vacíos de contenido que pueden servir para justificar cualquier acción”. Juraríamos que está hablando de Colombia.

Y si retomamos esta otra parte, quedaríamos convencidos de que a más de una vez (fue tal vez en el 2018)  son muchas las veces que ha estado en Colombia o quizá que, como seguidor de las redes sociales, está muy enterado de lo que aquí nos tiene aburridísimos: “La mejor manera de dominar y de avanzar sin límites es sembrar la desesperanza y suscitar la desconfianza constante, aun disfrazada detrás de la defensa de algunos valores. Hoy en muchos países se utiliza el mecanismo político de exasperar, exacerbar y polarizar”. Imposible no pensar que se refiere a nuestra patria. Y qué tal esto: “Por diversos caminos se niega a otros el derecho a existir y a opinar, y para ello se acude a la estrategia de ridiculizarlos, sospechar de ellos, cercarlos. No se recoge su parte de verdad, sus valores, y de este modo la sociedad se empobrece y se reduce a la prepotencia del más fuerte. La política ya no es así una discusión sana sobre proyectos a largo plazo para el desarrollo de todos y el bien común, sino sólo recetas inmediatistas de marketing que encuentran en la destrucción del otro el recurso más eficaz. En este juego mezquino de las descalificaciones, el debate es manipulado hacia el estado permanente de cuestionamiento y confrontación”.

Hemos retomando párrafos pertinentes, creemos,  para entrar en razón; están contenidos en  la más reciente Encíclica del Papa Francisco,  “Fratelli Tutti” (Hermanos Todos), firmada el 3 de octubre de este 2020 en Asís ante la cripta del santo de quien el Sumo Pontífice tomó el nombre; allí, la Basílica y entornos atraen a católicos y ateos,  peregrinos  que llegan a la región de Umbría para conocer  verdaderas joyas históricas, arquitectónicas y artísticas.

Quisiéramos que a instancias de los  distintos capítulos de “Fratelli Tutti”, pensáramos serenamente en los perjuicios de la radicalización. Una última reflexión del papa Francisco, y ojalá de aquí al 2022 -ojo- tengamos suficiente tiempo para romper con imposiciones rencorosas que no tenemos porqué cargar. “No nos olvidemos que los pueblos que enajenan su tradición, y por manía imitativa, violencia impositiva, imperdonable negligencia o apatía, toleran que se les arrebate el alma, pierden, junto con su fisonomía espiritual, su consistencia moral y, finalmente, su independencia ideológica, económica y política”.

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