viernes, marzo 29, 2024
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Muere Horacio Serpa Uribe, con los secretos sobre el asesinato de Álvaro Gómez Hurtado

El liberalismo está de luto. Murió Horacio Serpa Uribe, uno de los más representativos hombres de esa casa política y gestor, entre otras cosas, de que el partido fuera el único de Colombia en pertenecer a la Internacional Socialista. El santandereano, que sufría un cáncer desde hace varios años, es uno de los políticos que sobresalieron y acapararon mayor atención en la constituyente de 1991, cuando se creó la carta magna que rige al país. Igualmente, es recordado por el que quiso ser presidente y no fue, pese a sus insistentes campañas impulsadas y respaldadas por el Partido Liberal.

Su muerte se produce a los 77 años de edad. Había nacido el 4 de enero de 1943, en Bucaramanga, capital del departamento de Santander, del que fue gobernador . Precisamente, en su departamento iniciaría su carrera política en donde se convirtió en caudillo ideológico de la izquierda colombiana cuando las radicalizaciones no eran tan fuertes. Es mas, el partido liberal aprovechó que la izquierda radical expresada en el Partido Comunista y la guerrilla, permitieran generar una imagen de partido de derecha, más por la élite y posición económica de los líderes que por el pensamiento.

Como ideólogo del liberalismo santandereano, Serpa logró conquistar los afectos centralistas de los líderes en Bogotá, al punto de haber llegado a ser codirector del partido a nivel nacional y recibir en tres oportunidades el apoyo para las frustradas campañas a la presidencia de la República en 1998, 2002 y 2006. No obstante los fracasos, siempre tuvo vínculos y liderazgos en los gobiernos liberales de Cesar Gaviria y Ernesto Samper, de quienes fue asesor y ministro.

Horacio Serpa, logró una curul como Senador de la República entre los años 2014 y 2018, volviendo a pisar el hemiciclo que pisó en 1991 cuando fue uno de los líderes y voceros del proceso de la Constituyente, con la que compartíó espacio con los exguerrilleros del M-19, luego que se gestara desde un movimiento estudiantil, la llamada ‘Séptima Papeleta’ que, lideró como joven universitario el hoy Procurador Fernando Carrillo en medio del gobierno de César Gaviria Trujillo.

La resultante Constitución de 1991, siempre lleva en sí, la crítica que fue la manera como el país cedió ante las presiones del Narcotráfico, quien había asesinado a Luis Carlos Galán y un sinnúmero de ciudadanos en la llamada guerra contra las drogas. En ese espacio democrático que fue la Constituyente, Serpa fue uno de los presidentes junto con Álvaro Gómez Hurtado por el Movimiento de Salvación Nacional y Antonio Navarro Wolff por la Alianza Democrática M-19.

Curiosamente, años mas tarde y tras el asesinato del líder conservador Álvaro Gómez Hurtado en el gobierno de Ernesto Samper, Horacio Serpa fue vinculado como uno de los presuntos autores intelectuales del hecho. Y es que Serpa fue uno de los señalados e investigados en medio del Proceso 8000 que nunca llegó a nada desde la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes que tenía como investigador y presidente al entonces Representante a la Cámara Heine Mogollón.

Desde ese momento, la carrera política de Horacio Serpa fue salpicada por los escándalos y perdió considerablemente su liderazgo, en parte, porque siempre le fue cuestionado. No obstante, mantuvo su poder dentro del partido liberal. A Serpa, lo terminó vinculando al proceso de la entrada y uso de recursos provenientes del narcotráfico a la campaña de su jefe Ernesto Samper, el también fallecido Santiago Medina, cuando el 17 de julio de 1995 en una indagatoria lo señaló junto con el entonces ministro de defensa Fernando Botero Zea. Para ese momento, Medina, quien había sido tesorero de la campaña liberal, explicó que esos recursos habían sido negociado por Serpa y Botero.

Fue un año más tarde, el 22 de enero de 19966, cuando Botero Zea confirmó que Samper y Serpa sí sabían de la entrada de esos dineros a la campaña y lo que llevaría al presidente del momento, a pronunciar la frase de que “si esos dineros entraron, fue a mis espaldas”. Desde entonces, Samper y Serpa fueron conocidos como los del “Elefante”.

Para el momento, Horacio Serpa era el escudero de Ernesto Samper y de paso, su fiel Ministro del Interior. Para entonces, Álvaro Gómez Hurtado no perdía oportunidad para señalar al gobierno de corrupto y de llevar a que Colombia tuviera una ‘narcodemocrácia’. Gómez Hurado se convirtió en el mas ácido crítico del Gobierno que se hizo elegir con la bandera de crear un gran ‘Pacto Social’ y que lo lograría haciendo lo que denominó el ‘Salto Social’, un plan elaborado y copiado a rajatabla de los partidos socialistas y de izquierda en Europa. El plan, buscaría eliminar las profundas diferencias sociales y económicas con un plan que estipulaba la reducción de las brechas salariales, de empleo, de accesos a educación salud y seguridad.

En medio de las críticas, Samper y Serpa nunca pudieron desarrollar el plan de gobierno como lo tenían pensado y por el contrario pasaron gran parte del período defendiéndose. Fue entre ese período que el gobierno de los Estados Unidos, decidió quitar las visas de ingreso a ese país al presidente y a su ministro del interior, escuchándose las frases de Samper ‘No necesito visa para venir a Chaparral’ y ‘Aquí estoy y aquí me quedo’ y las correspondientes justificaciones en los medios por parte de Serpa.

Es en ese momento, que Horacio Serpa se vuelve a los medios copando en cuanta oportunidad tenía para defender a Ernesto Samper mientras llovían las hipótesis en la Fiscalía y todos los organismos de investigación en donde se sigue la pista por la muerte de Álvaro Gómez. Ni el proceso 8000 ni las visas opacaban las preguntas y las pistas que llegaron a involucrar en el crimen a militares.

Esta sobrepuesta en medios, lo catapultó en el reconocimiento del país político. Su ´Mamola´palabra que en Congreso acuñó en las discusiones, servía como palabra de moda mientras que se proyectaba como el eterno candidato, aquél que nunca llegaría a la presidencia, pero que influía en el país político. Así fue en todos los cargos que sostuvo y en el Congreso

Serpa además fue protagonista en diferentes diálogos de paz. En 1992 fungía como Consejero de Paz del gobierno de César Gaviria y se convirtió en negociados en Taxcala México, en donde compartió mesa con Álvaro Leyva por parte del Gobierno, mientras que por las FARC negociaban Alfonso Cano, Iván Márquez y Pablo Catatumbo y por el ELN Antonio García. Los diálogos se frustraron.

Durante los diálogos de paz que llevó a cabo Andrés Pastrana, Horacio Serpa buscó influir en la mesa del Caguán como vocero del Partido Liberal en un comienzo y luego como el candidato por ese partido a la presidencia de la República. El 14 de febrero de 2002, Horacio Serpa junto con Luis Eduardo Garzón y la candidata Ingrid Betancourt fueron protagonistas en un foro que analizaba las proyecciones de un posible acuerdo. Viajaron hasta la zona de distensión.

Serpa Pierde las elecciones y se produce el primer mandato de Álvaro Uribe. El fantasma de ser uno de los presuntos asesinos de Álvaro Gómez se dio durante la campaña por parte de la familia del líder conservador. Para muchos, quizás el pasado sobre las defensas a Samper por el proceso 8000, los dineros de los narcos al gobierno del que fue parte y el asesinato de Gómez Hurtado, habrían sido causas de la pérdida de popularidad, mientras que el exgobernador de Antioquia, se catapultó con su promesa de ‘mano dura y corazón grande’.

Tras perder, Serpa decidió que no participaría nunca más en una campaña presidencial mientras que el país veía como su bigote desaparecería tras perder una apuesta. Horacio Serpa, pasó a un segundo plano en el contexto nacional de la política hasta que 8 años más tarde, llegaría el gobierno de Juan Manuel Santos. Tras la traición del presidente que se hizo elegir con las banderas del uribismo, Serpa vuelve a saltar a la palestra con el apoyo a la paz y el proceso con las FARC dentro del grupo de apoyo; pero no pasaría mucho tiempo para que el líder santandereano revelara que tenía cáncer.

Así en medio de cuidados y la potencialización de las campañas de su hijo, quien heredó todo el capital político de su padre; Horacio Serpa solo hablaba sobre lo puntual y necesario. La última vez, fue hace pocas semanas tras la revelación sospechosa de las FARC, sobre la autoría del asesinato de Álvaro Gómez y mientras el país incrédulo escuchaba, Serpa salió en los medios sacando pecho por su inocencia e insistiendo en que todos estos años, han sido víctimas de desprestigio y falsas acusaciones por parte de la familia de Gómez Hurtado.

Pero en medio del debate, gran parte de las verdades ocultas sobre este crimen, estaban en lo que sabía Horacio Serpa, quien al morir, se llevó consigo los secretos de lo que realmente ocurrió con este asesinato y si en realidad, su defensa a ultranza de su jefe Ernesto Samper, fue porque ninguno de los dos tenía algo que ver con el crimen o porque en realidad, estaban tan comprometidos que la única salida era negarlo como fuera.

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