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jueves, abril 25, 2024

El Diablo de Quintero

Por: Juan Manuel Jaramillo

Ya dijo el Alcalde de Medellín que “El diablo de Quintero” se queda, ojalá no sea por mucho tiempo, porque la verdad es que no encaja ni en nuestra cultura ni en nuestra ciudad.

Uno de los temas que más revuelo causó en esta semana que termina, por lo menos en Medellín, fueron las polémicas figuras que instalaron como alumbrados de navidad, entre las que se encuentra la que bautizaron popularmente como “El diablo de Quintero”.

Quisiera hablar un poco sobre este tema desde mi perspectiva.

Para empezar, debo decir que soy católico y me considero una persona creyente mas no fanática. Respeto a quienes tienen otras creencias y también a quienes no creen en nada.

Desde que iniciaron la instalación de los alumbrados navideños en Medellín vi figuras que no me gustaron. En la avenida las palmas tienen colgadas en los postes que sostienen la iluminación de la vía, figuras referentes a diferentes tribus indígenas. No me gustaron, pero finalmente opté por no decir nada pues quería ver cuál sería la temática completa del tradicional alumbrado navideño antes de lanzar alguna crítica.

Iniciando esta semana me pasaron la foto del “Diablo de Quintero” cerca al edificio inteligente. La verdad creí que era un montaje por eso no quise hacer eco de la misma y pedí a un amigo verificar si la imagen era real o nos querían hacer caer en una trampa para divulgar información falsa y que quedáramos como personas que critican sin fundamento.

Transcurrida esa mañana ya “El diablo de Quintero” se nos había metido en todos los grupos de WhatsApp y demás redes sociales, se había vuelto viral y tenía alterada a la ciudadanía.

Posterior a eso llegó el video en el que veíamos al “diablo de Quintero” entrando a EPM, confirmando así que la figura era real.

Con ese video y otras fotos a la mano decidí hacer una publicación en una de mis redes sociales en las que decía textualmente lo siguiente:

”Mojigato, retrógrado y lo que me quieran decir. Esto no es navidad y como cristiano me ofende que estos sean los tradicionales alumbrados en Medellín”.
Creo que eso fue como desatar una tormenta, el post también cogió una fuerza impresionante, lo compartieron más de 2.000 veces, tiene más de 700 comentarios y 1.700 reacciones, pero de todo eso lo que más llama la atención es la cantidad de insultos que recibí por cuenta de ese post. Comentarios llenos de odio en la publicación y mensajes por privado diciéndome cuanta barbaridad se les ocurra, mejor dicho, se les metió “el diablo de Quintero” en el corazón y en el cerebro.

Dejando los fanatismos a un lado mi punto de vista es el siguiente:

Me parece bien que se celebren y conmemoren carnavales y fiestas en nuestra ciudad, pero la navidad no debe perder su esencia.

El motivo mundial de la celebración de navidad es la conmemoración del nacimiento del niño Jesús, o de Cristo Jesús, hijo de Dios, hecho hombre para nuestra salvación.

En ese orden de ideas la navidad no es un carnaval y mucho menos representaciones del demonio a quien concebimos precisamente como la antítesis de nuestro Dios, yo creo que se puede ser “incluyente” en la navidad sin llegar al extremo de generar estas controversias por pasar el límite del respeto a las creencias de las demás personas.

La navidad no es un carnaval y mucho menos representaciones del demonio a quien concebimos precisamente como la antítesis de nuestro Dios…

Me preguntaba yo esta semana, qué pasaría si en cualquiera de las fiestas que realizan los indígenas les dijeran que las figuras van a ser personas europeas, o si en el carnaval de los negros dicen que para ser incluyentes entonces los invitados serán solo blancos, o si en el festival vallenato de Valledupar dicen que la música será únicamente Joropo, para ser incluyentes.

Es que ser incluyentes no nos debe llevar a desvirtuar la esencia de las cosas. La navidad se celebra como una época de unión, de reencuentros, de esperanza, se dedica gran parte a que los niños vivan una época mágica, nos damos regalos, hacemos grandes cenas familiares y también encendemos velas de esperanza en honor a la virgen. ¿Tiene esto algo que ver con el demonio? Es a todas luces ridículo que el cuento de la inclusión nos lleve a desvirtuar la esencia de una de las fiestas más importantes que se celebra a nivel mundial, porque además si miramos el carnaval de Riosucio, se queda en Riosucio, el carnaval de Barranquilla, se queda en Barranquilla, pero la navidad la celebra el mundo entero (Cada país o cultura le da sus matices, pero es mundial).

Es a todas luces ridículo que el cuento de la inclusión nos lleve a desvirtuar la esencia de una de las fiestas más importantes que se celebra a nivel mundial…

Entonces el argumento de que estamos siendo excluyentes me parece bastante pobre, pues le preguntaría a los que defienden esa idea lo siguiente: ¿No están siendo ustedes excluyentes con nuestra navidad? ¿No deberían permitirnos celebrar nuestra fiesta como lo hacemos tradicionalmente? O ¿En este caso no aplica la inclusión porque a ustedes no les gusta?

Ya dijo el Alcalde de Medellín que “El diablo de Quintero” se queda, ojalá no sea por mucho tiempo, porque la verdad es que no encaja ni en nuestra cultura ni en nuestra ciudad.

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